El tamaño de la ración perfecta varía según la edad, metabolismo y sexo de cada persona, además entran también en juego otros factores como el peso corporal y la cantidad de actividad física realizada. No obstante , no es una variable que haya que dejar de lado.
Diferentes estudios han demostrado que cuanto más grande sea la ración ingerida, más riesgo de comer sin ser conscientes de la cantidad ni de la sensación de saciedad correremos. Esto quiere decir que si nos ponemos una gran cantidad de comida en el plato y nos ponemos a comer sin parar hasta haber terminado con toda ella vamos a lidiar con un pequeño problema.
Este problema no es otro que el simple hecho de que mientras comemos nuestro estómago no le manda indicaciones al cerebro de que ya estamos llenos, y por ello aunque tengamos una gran cantidad de comida no nos vamos a dar por satisfechos hasta que no llevemos un buen rato comiendo. ¿A quién no le ha pasado que al terminar de comer un gran plato de pasta se ha encontrado con que se sentía extremadamente lleno?
Por otro lado y en contra a la creencia de muchos, algunos estudios han demostrado que consumir alimentos grasos como embutidos un poco antes de realizar la comida principal, no dan sensación de saciedad ya que el cerebro no lo interpreta como alimentos extra y por tanto se come la misma cantidad en la comida.
Estar atentos al tamaño de la raciones es un tema muy a tener en cuenta si se tiene la intención de mantener o bajar el peso. Hay incluso que tener cuidado con la cantidad de alimentos ingeridos que se permiten en la dieta, que no por tener pocas calorías hay que pasarse con las cantidades.
¿Qué cantidad sueles tomar y de qué alimentos?